IV DOMINGO DE CUARESMA A. Tus cinco minutos para el Señor.
"el evangelio es una llamada constante a ser luz"
¡Ama y haz lo
que quieras!
Si callas,
calla con amor.
Si gritas,
grita con amor.
Si corriges,
corrige con amor.
Si perdonas,
perdona con amor.
Que el amor sea la raíz interior de tus obras.
Lectura del santo evangelio
según san Juan (9,1.6-9.13-17.34-38):
En aquel tiempo, al pasar
Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con
la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la
piscina de Siloé (que significa Enviado).»
Él fue, se lavó, y volvió con
vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No
es ése el que se sentaba a pedir?»
Unos decían: «El mismo.»
Otros decían: «No es él, pero
se le parece.»
Él respondía: «Soy yo.»
Llevaron ante los fariseos al
que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los
ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó: «Me puso
barro en los ojos, me lavé, y veo.»
Algunos de los fariseos
comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.»
Otros replicaban: «¿Cómo puede
un pecador hacer semejantes signos?»
Y estaban divididos. Y
volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los
ojos?»
Él contestó: «Que es un
profeta.»
Le replicaron: «Empecatado
naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?»
Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían
expulsado, lo encontró y le dijo: «¿Crees tú en el Hijo del hombre?»
Él contestó: «¿Y quién es,
Señor, para que crea en él?»
Jesús le dijo: «Lo estás
viendo: el que te está hablando, ése es.»
Él dijo: «Creo, Señor.» Y se
postró ante él.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La ceguera es algo que no nos
podemos imaginar los que tenemos la dicha de ver, aunque cerremos
momentáneamente los ojos. Pero no debemos olvidar, que es posible andar por el
mundo sin percibir muchas cosas que están en el mundo. De ahí que haya una
ceguera inducida, que nos lleva pasar de largo ante en entorno en el que
vivimos.
Solo basta mirar las noticias para tener conciencia de lo que pasa en
el mundo. ¿Qué papel juego yo en el cotidiano avatar del mundo? Pues eres ni
más ni menos que esencial a los ojos de Dios. Este domingo el evangelio es una llamada constante a ser luz. LUZ para nosotros
en nuestra vida, para que a su vez otros vean la luz a través nuestro.
No es
complicado, no.
Solo hay que tener determinación, y saber que este mundo está
perdido si en la vida no hay personas que se comprometan con la causa del ser
humano y el respeto al medio natural.
Tu juegas un papel determinante, pues los
valores cristianos que nos enseña Jesús llegarán allí donde tú te propongas
testimoniar. También esto es cuaresma.
También esta percepción de la realidad
es caminar; percibiendo todo lo que te rodea, y sin perder de vista la actitud
con la que el Señor desea que actuemos, la pequeñez.
Muchas veces hemos llamado
a Dios “todopoderoso”, una palabra demasiado grande para el sentido con el que
Él hace las cosas desde Jesús. No en balde eligió de entre toda una estirpe al
más pequeño de una familia –David-, para hacerlo rey de su pueblo.
En resumen:
la pascua está cerca y en ella Jesús se nos presentara como Luz del mundo. Luz
resucitadora. Pongamos las bases para ser participes de esa luz. En Francisco
de Asís pobre entre los pobres, tenemos un bello ejemplo de entrega y
sencillez.
fraternalmente, Floren