CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

martes, 31 de agosto de 2010

MI EXAMEN SOBRE CREDO Y FE

Mi querida corason, llevo tiempo sin dedicarte unas palabras. Mi tiempo es poco y dedicado al estudio. ¡Sí!, te doy permiso para decirme que no hay quien me conozca. besos, te dejo con la fe.

CREO, CREEMOS

1. Defina personalmente los siguientes conceptos:

Fe cristiana
¡Venga!, ¡sí!, ¡hágase!...etc. En este sentido entiendo lo que es el comienzo de la fe. Como tal, a la fe se llega por medio de la gracia de Dios, pero es un acto libre y responsable entre el individuo y Dios. Ya que, mientras uno se comunica –revela-, el otro dice sí y manifiesta su deseo de dejarse guiar y confiar plenamente.

Fe, como acto personal y eclesial
Fe es habituarse al trato personal con Dios creciendo cada día. La vida esta llena de matices y en cada uno de ellos, podemos advertir la mano de Dios que nos guía y enseña. Por ello desde la interiorización, es donde la fe se forja, ya que en esta interiorización reside el diálogo con Dios, en el cual se cree. Lo que ocurre es que, como miembros de una comunidad y portadores de un mismo mensaje y experiencias de vida, conjuntamente debemos misionar el fundamento de nuestra fe, para que otros lleguen a ese trato íntimo con Dios.

2. Razone la necesidad de la vivencia comunitaria y eclesial de la fe.
“Ay de mí si no anuncio el evangelio” (1Cor9,16). El cristiano no debe tener mas ambiciones en la vida que amar, tal y como Dios le ama, ya que este debe ser el motor del mundo. Al sentirnos comunidad debiéramos seguir continuamente el ejemplo de los primeros cristianos que eran juntamente una sola cosa en Cristo. En la época actual, es muy necesario y conveniente estar unidos en la fe con igualdad de criterios, y de esa manera mostrar al mundo nuestras experiencias de vida de fe, ya que como dijera aquel: “nuestra vida cristiana es el único evangelio que mucha gente leerá”.

3. Explique el significado de “tener experiencia de fe”.
Aunque la fe como dije antes la entiendo como el comienzo del trato con Dios, reconozco que en la vida hay experiencias felices o duras, que nos aportan vivencias muy fuertes desde el plano de la fe. Fe es creer. Pero tener experiencia de fe, es llegarse a vivir íntimamente una determinada circunstancia junto a Dios, que alumbramos desde el convencimiento de que Cristo nos asiste con su Espíritu.

 4. Proponga un ejemplo (un acontecimiento, una persona) para ilustrar la dimensión testimonial de la fe
Misionar es importantísimo para el cristiano, pero la vida interior es igualmente importante y necesaria en un primer lugar de la vida religiosa. Desde este plano, recuerdo lo mucho que me aportó hace unos años, una experiencia contemplativa en la Abadía Cisterciense de Ntra. Sra. de la Oliva en Navarra. El transcurso de la vida litúrgica, la oración y meditación personales que implica el encuentro consigo mismo y ante Dios, el trabajo y la conversación con los monjes…etc. Todo esto me hizo ver lo necesario que es ceñirse a la creencia de uno, y desarrollarla plenamente desde la realidad personal y social de cada individuo. Siendo comunidad orante que en Cristo pone su plena confianza.

CONCLUSIÓN
Gen 12,1-4.22,1-19 En Abraham padre de la fe, tenemos el mejor ejemplo de la época veterotestamentaria, de lo que significa fiarse de Dios, y poner en este la total confianza. No solo partió confiadamente desde su tierra hacia la tierra que Díos le prometía, sino que se sometió a grandes pruebas como el desprenderse de su Isaac, el hijo de la promesa.

Mc 11,20-25 Sin lugar a dudas en este ejemplo de la higuera, vemos como la fe –don de Dios-, tiene que estar sustentada por la constancia de la voluntad del hombre. No se da la fe por que sí, sino que esta se da porque se cree.

Lc 2,26-56(¿) En Jesús podemos admirar lo que es vivir plenamente la fe. El podía hacer prodigios y milagros. Pero su profunda fe en su Padre, Dios, le hizo fundamentalmente tener capacidad verbal y don carismático, para transformar los corazones desde dentro. La fe transforma, y es por ello que aquellos doctores de la ley, Simeón o la profetisa Ana, se quedaron admirados y llenos de Dios, al contemplar a Jesús o escuchar sus palabras.

Gal 3 Este razonamiento doctrinal casi se resume por la pregunta inicial, ¿habéis recibido el Espíritu por la practica de la ley o por la fe en lo escuchado?. Este  capitulo es un alegato a favor de la nueva economía de la salvación, en la cual la persona se salva por la fe en Jesucristo y el cumplimiento del amor.

Heb 11 Aquí se nos muestra un buen catálogo de ejemplos, de personas que enfocaron su vida desde Dios y por su fe en Él, dejaron que este les transformara. Obediencia, ternura, justicia, esperanza, fidelidad…etc; son unas de las aptitudes causadas por la persona de fe.

La Iglesia nos dice, Cat 142-184 Dios, como padre invita al hombre a un diálogo, y este por la fe –don de Dios- confía libremente en Dios y en Él pone sus anhelos. Ahora bien, debe el hombre llegarse a saber que creer en Dios es creer en la propia esencia del hombre –creado a imagen y semejanza de Dios-, que verá su culminación cuando desde Dios muestre toda la expansión de sus facultades en el mundo. Unas facultades que desde la fe se iluminan en gracia –sacramento del Espíritu Santo-, se realizan responsablemente como humanos, desde la inteligencia que nos aporta el mismo Espíritu de Dios. Desde esta perspectiva personal, hacemos comunidad al ser junto a muchos, portadores de una buena noticia cuya vocación cristiana nos anima a expandir allá donde vayamos.

Para orar Mc 5,21-43
Dios, y Padre Santo, que nos amas y nos buscas.
Como aquellos contemporáneos de Jesús y hombres de poca fe, constante- mente pedimos señales, para advertir tu poder inmediato sobre lo que nos aflige en nuestras vidas, sin saber descifrar el gran milagro de la vida. Esa vida, en la cual Tú te manifiestas como luz, como soplo, como Espíritu esperanzador que nos abre a la nueva posibilidad de creer desde la vida y desde las obras.
Ayúdanos Padre, a realizar las obras propias de la fe. Que sepamos descifrar tu mensaje en la palabra escrita de la vida, para transmitirlas en obras de fe, hacia los hermanos que junto a nosotros pueblan el mundo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.