La Salada, Vísperas.
UNA CURIOSA EXPRESIÓN
No les aburriré con el desarrollo de mi jornada dominical, pues podéis haceros una idea de sus horarios y horas.
Pero esta mañana esta realizando la hora de Sexta, tras unas horas arrancando malas hierbas del suelo, cuando entro una familia en la ermita. Me preguntaron quien era. Les dije que era vecino, el cuidador del Templo aldeano, que me retiraba al campo a estudiar y reflexionar. Entonces me preguntaron: ¡ah, es usted ermitaño!. Reflexione un instante, y seguidamente dije: -sí, efectivamente. Ermitaño, anacoreta. El caso es que me llamó la atención la denominación, pues creo que es verdaderamente en lo que poco a poco me estoy convirtiendo. Cierto que la semana la paso trabajando y estableciendo relaciones sociales. Pero una cosa no esta reñida con la otra. ¿Cuántas veces me acuerdo del Señor y de sus hijos a lo largo del día?. En fin, es solo una anécdota que deseo compartir con los visitantes a este blog.
Regresando a temas con enjundia, escribo que acabo de regresar de Vísperas y he pensado mucho sobre la semana que nos llega. La semana como tal, tiene poco de particular pues será muy parecida a la pasada. Trabajo, incertidumbres, felicidades, gozos, anhelos…etc. Sin embargo, y aun sin ser yo persona de celebrar la eucaristía los domingos, si estoy toda la jornada pendiente y observando las escrituras. Jesús se me hace presente por medio del encuentro litúrgico con la Palabra, con la soledad, con el Pan Bendito, con la Cruz, con el silencio, con nuestra Madre y maestra. Y por ello, considero que el evangelio dominical tiene unas connotaciones esenciales, para considerarlo durante toda la semana.
Es difícil amar a los enemigos. La denominada en teología “alteridad”-relaciones humanas-, es complicada cuando tiene que desarrollarse entre enemigos. Es más, teólogos de actualidad afirman que el amor en sentido literal es imposible e inhumano pretender aplicarlo a la persona por quien sientes aversión. ¿Qué hacer entonces? ¿Acaso tirar la toalla so pretexto de la imposibilidad? No. Jesús nos llama a sentirnos obligados a dar pasos para encauzar, por medio de la concordia y muestras de fraternidad, unas relaciones conforme a lo que somos por el bautismo, Hijos de Dios y miembros de una comunidad.
Particularmente, admito desde el corazón que no tengo en mi haber, personas detestadas como para negarles una relación fraternal. Todo debe ser mejorable. Y en cualquier caso que se nos pudiera presentar, nunca es tarde para poner entre dos personas, una semilla de fecunda fraternidad. Poco a poco, sin extravagancias que nos lleve a una incomodidad manifiesta y forzada. Todo tiene su proceso. Y la fraternidad es algo que se deja querer.
Por ello hoy, el evangelio nos trae uno de esos mensajes que no debemos perder de vista, hasta que comencemos la Cuaresma, en la cual se nos llamará seriamente a la conversión.
Una semana para vivirla, unos días para pensarlos, cada cual desde su realidad concreta. Con sus luces y certezas. Dios nos hablará a buen seguro, solo es preciso hacer un poco de silencio y escuchar atentamente.
Buena semana a todas y a todos.
No se a ciencia cierta quienes visitáis esta página, ni lo que deseáis encontrar en ella, pero hoy todos tenéis un buen deseo por mi parte, ante el Señor. Laus Deo.