En nombre de Jesucristo: críticas, dineros, Somalia, laicidad y palmadas en los hombros.
De todo esto y mucho más, llevamos viendo varios meses –y veremos- desde que el Sr. Cardenal de Madrid Antonio Mª Rouco Varela, agradeciera en público y para sorpresa de los presentes, el apoyo del gobierno a las próximas jornadas mundiales de la juventud. No es para menos, ya que la intervención de siete ministerios y un empujoncito extra del estado, conseguirán aportar unos siete millones de €uros a las nombradas jornadas.
Desde luego nadie apostaba porque aquella sonrisa de Rouco Varela, fuera en pro de una moderación verbal, respecto de las continuas y caducas críticas al gobierno y las tres leyes aborrecibles para la iglesia: Ley de muerte digna, Ley de matrimonio homosexual y Ley de despenalización del aborto.
Por boca del nuncio del estado Vaticano, ya ha sido confirmada la batería de críticas que el papa enarbolará entre evangelios, fieles, formas consagradas y autoridades representativas. Renzo Fratini, nuncio de Su Santidad Benedicto XVI, advierte que el Pontífice criticará, durante su estancia en Madrid -con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ)-, algunas leyes españolas. “Hay que distinguir lo bueno de lo malo”, sostiene el nuncio.
Nos podemos imaginar todo lo bueno y español que pasa por la mente del papa y todo lo malo y español, que pasa por la mente del papa. De las declaraciones de Fratini se deduce que el Papa podría insistir en su condena del “laicismo agresivo”. “Hay que continuar defendiendo la fe”, añade el nuncio. España es un país, dice, con una “gran riqueza espiritu al y una historia de gran valor”, proclama…etc, etc.
Lo cierto es que los comentarios están servidos, desde los detractores de la visita, los que están manifiestamente a favor, y los que observan esta historia sin pena ni gloria y entre los cuales me incluyo.
Pero ayer, leía un escrito sobre la visita papal y los dineros de esta, y por ello quisiera reflexionar. Sinceramente, y aunque me pueda parecer grotesco el gasto de la visita papal –unos 50 millones de €uros-, y aun cuando estos dineros se justifiquen con los 100 millones de beneficios; me da exactamente igual el gasto, pues nada de ello saldrá de mi bolsillo.
Y no vengamos ahora con que los millones que aporta el estado son de todos, porque eso es una vaga justificación. A los ciudadanos de a pié, no nos van a subir aun más el IVA por la visita del papa, ni nada por el estilo.
Aun así, criticamos por ello a la iglesia y al estado. Yo soy el primero que me despacho a gusto en cuento puedo, lo reconozco. Pero ayer recibí de mi amiga Isabel un artículo de prensa en el cual se criticaba el gasto de la visita papal, en contraposición con las lamentables situaciones de hambruna en el cuerno de Africa, en Somalia.
Leí el escrito y a punto estuve de colgarlo en el blog, pero decidí imprimirlo y llevármelo en mi andadura de 11km haciendo deporte. Mi reflexión no me llegó por iluminación divina, ni por llamada de un “Malak”.
Simplemente de pregunté a mí mismo tras su lectura: -Florencio, ¿no te da vergüenza criticar los dineros de la visita papal, alentar las criticas sobre ello por muy justificadas que estén y aunque sea a favor del hambre mundial, no haber dado ni un solo €uro de tu bolsillo, para paliar el hambre en Somalia?
Confieso a los lectores de este escrito que aun no he dado nada para Somalia. Ni 5, ni 10, ni 50 o 100€uros, pero antes de ayer pagué un envío de libros de casi 50€. Incongruente cristianamenta hablando, ¿verdad?
No es que yo tenga vocación de mártir abnegado, ni muchísimo menos. Considero la critica respetable, un arma magnifica mara mover conciencias.
Y por ello aquí mismo me auto censuro, por criticar desde lejos algo que igualmente desde lejos puedo paliar con mi pequeño y humilde grano de arena.
Mi intención no es la que se desprende de toda dinámica de los curas en sus homilías, el sentimiento paternalista tan aburrido y escenificado.
No les voy a decir a nadie de ustedes que es lo que tiene que hacer. Estarán en mi misma situación, o quizás se hicieron más humanos aportando a una ONG un fondo determinado para el hambre en el mundo.
En cualquier caso y al termino de este escrito, me propongo ingresar a Cruz Roja 100€, al menos para poder seguir opinando de la visita papal, con una conciencia un poco más humana y tranquila.
Saludos.