CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 19 de agosto de 2011

LA FE DE LOS JÓVENES

La difícil o fácil, cuestión de la Fe
“¿Qué hay, en efecto, 
más alto para la alegría de la fe?”
(Carta a SS. León I, Noviembre del 451)
 Cuando escribo estas letras, pues estamos inmersos en las JMJ –Jornadas Mundiales de la Juventud-, y toda España esta impregnada por las noticias o ecos de la visita papal. Yo recibo a Benedicto XVI con respeto, y con mi proporción española de hospitalidad y le deseo frutos abundantes. Como joven que soy aun, pues reconozco que –en cierto modo- me revelo ante el poder jerárquico y las cifras de la visita; pero ya escribí hace unos días http://cartujoconlicencia.blogspot.com/2011/08/en-nombre-de-jesucristo-criticas.html sobre la necesidad de no exagerar en esas lides, so pena de caer uno en su propia hipocresía. Son gastos necesarios y justificados para una visita de esta índole. ¿Acaso no recibiríamos a Obama, dejándonos la piel y el dinero en el intento, para el orgullo de tenerle entre nosotros? 
Volviendo a la cuestión central, como cristiano que soy manifiesto mi preocupación por los jóvenes y por la fe de estos. Yo no considero ni consideraré que tener fe, haga a un joven mejor o peor persona. La fe no es una garantía para la urbanidad ni la humanidad ni la coherencia personal. Prueba de esto es la fe llevada al extremo del fundamentalismo que amenaza la seguridad de las personas. Además, en ocasiones muchos cristianos hemos tenido –y debemos tener- conciencia, de que otros serán los que “entrarán en el reino de Dios antes que vosotros”. (Mt 21,31) 
Por este motivo todos los miembros de la comunidad eclesial, estamos llamados a la perfección desde Dios. Pero en estos días de tantos mensajes y tantas sensaciones, uno se pregunta hasta que punto estas jornadas juveniles, harán mella no solo en los asistentes en Madrid, sino en todos los jóvenes cristianos que pueblan el mundo y que están ávidos de testimonios. Los que están en Madrid aplaudirán a todo lo que el papa diga sin hacer reproche alguno, ya que las jornadas están aderezadas con la festiva alegría de la común unión de grupos, amigos y personas que se reúnen para una misma causa. Pero estas JMJ, tienen frente a ellas una realidad que ninguno debemos de ignorar; y es que de los jóvenes que se denominan católicos solo el 10% manifiesta que es practicante. Los datos de la juventud española en general, afirman que solo al 6% de los jóvenes les importa la religión.

¡Esto es lo que auténticamente me preocupa a mí! Por ello me descoloco un poco ante la afirmación de hace unos días de Rouco Varela al afirmar que:  “La fe cristiana es la principal seña de identidad de España”. ¿Es esto así? ¿Ofrecemos desde la iglesia católica a los jóvenes, fundamentos oportunos para que se adhieran a la causa del evangelio? El Concilio Vaticano I en su sesión tercera del 24/04/1870, manifestó que “la fe es una virtud sobrenatural que nos inspira a creer como verdadero, lo que Dios nos revela”. Y si es así, ¿acaso estamos descifrando adecuadamente los signos de los tiempos? Creo que en nuestro entorno Dios se manifiesta de una multiplicidad de maneras, que aun considerando a algunos alejados de la fe, debiéramos atender a sus voces, al menos para llegarnos a una contención y austeridad tanto en la expresión de nuestra fe, como en el desarrollo económico de la misma y de nuestras vidas. 

El presidente de la asociación Europa Laica, declaró antes de la mal llamada manifestación anti papa que: “Nosotros no protestamos por la visita de jóvenes católicos, ni de Benedicto para hacer apostolado, sino ante el tratamiento institucional previsto, el boato, el costo […] y las injerencias del Papa y de la jerarquía católica en la política y democracia española”. Tales manifestaciones yo creo que deben ser consideradas respetuosas. Y en un aparte dejamos a los –permitidme la expresión- folloneros de siempre, que al final fueron los que hicieron más ruido y no representaron a las más de 140 organizaciones cristianas y de base que se adhirieron a esta proclama de un estado laico. 
¿En que modo podemos reaccionar con desasosiego o violencia verbal o física ante estas proclamas, que parecen atenta contra nuestra fe? En ningún modo debemos reaccionar con actitudes que dentro de las JMJ o fuera de ellas, nos alejen de la paz, el respeto y la serenidad. Además, acaso por desarrollar un espíritu auténticamente misional esos que desconocen la realidad de la fe cristiana y su autenticidad deben ser nuestro objetivo a seguir, para con nuestro ejemplo; darles auténticos motivos de que merece la pena seguir las huellas de Jesús de Nazaret. “La fe es el principio de la humana salvación, […] sin ella es imposible agradar a Dios” (Cap 8, C.Trento, sesión sexta 13/01/1547) Pero estas certeras palabras promulgadas en el siglo XVI, hoy pueden ser una realidad si las llevamos a cabo teniendo en cuenta que al proponernos como anunciadores del evangelio antes tales o cuales personas, debemos invertir el sentido de las palabras de Trento y postularnos con actitudes de salvación, para luego alcanzar la gracia de la fe. Dicho de otro modo. En Somalia actualmente, a nadie le hables de Jesús si no lo haces con un pan bajo el brazo. Abraza a una mujer maltratada y luego háblale de Jesús tras haberla dignificado como persona. Juega al futbol con un pequeño y ensúciate de arena y luego cuéntale del amor de Jesús a los niños. Impregnate de las esperanzas anhelos e incertidumbres de los jóvenes, implícate en sus vidas para colaborar en ampliar sus horizontes y entonces les pones la mano en el hombro y les cuentas cosas de Jesús y la rebeldía de este.



Vivir en definitiva. “Vivir con radicalidad nuestro cristianismo”, como nos ha dicho el papa en El Escorial, pero sin perder el norte de nuestra realidad, y la realidad del lugar en el que nos encontramos o somos enviados. 
Para escribir este artículo he solicitado dos opiniones de dos amigos de distinta corriente de pensamiento, sobre lo que es la fe para ellos. 
Por un lado el seminarista salvadoreño Raul Velis, que manifiesta que para él la fe es: “la certeza de que existe en alguna parte un amor, que aunque no conocemos muy bien como; nos guía, nos provee y nos fortalece a pesar de todas las dificultades”
Por otro lado el conocido teólogo José Mª Castillo, me escribe haciendo esta definición sobre la fe: “Entiendo la fe como la adhesión sin condiciones a Jesús. Pero no simplemente la adhesión a las ideas de Jesús, sino a su forma de vivir, a sus convicciones, a su conducta, a su estilo de vida, a sus preferencias.” 
Leí en alguna parte que “la representación de este mundo se termina”, en alusión a que debemos centrarnos en la importancia de las cosas y su esencia. Los valores del evangelio están más que claros y aun así, nos afanamos a diario en hacer lecturas del mismo según nuestro aire ideológico. Todos los que nos acercamos de cerca al estudio teologal, sabemos del deposito de la fe que es incuestionable y cuya interpretación es innegociable; y entre las cosas innegociables están el respeto, la sensibilidad, la amorosidad y la común unión fraterna de los que se reúnen en nombre del nazareno. 
El problema de la increencia de los jóvenes no es solo del papa y su jerarquía, y desde luego no es un tema sobre el que alegrarse. Al contrario, los bautizados y seguidores de Jesús debemos compartir esa carga o esa grata misión de anunciar. Con nuestras vidas y con nuestro testimonio. Ya no hay recetas mágicas ni posibilidad de una nueva multiplicación de los peces; pero aun sabemos los humanos el modo y la manera de convertir en un trozo de pan, el corazón que antes era una roca insensible. Saludos desde la calurosa Andalucía. Laus Deo.

Floren. (Estudiante de teología cristiana)