ESTEPA, SEXTA.
Hoy, en una conversación de índole casuistica, dos personas llegamos a la conclusión de que "ser una persona legal, es una amplia carta de presentación donde quiera que a uno le lleven sus pasos".
Acaso no hay mejor opción en la vida que ser uno mismo. Hoy dedico este pequeño y humildisimo espacio a Federico G.L., y como otros tantos que se perdieron en el camino, lamento su perdida cruel y terrible, simplemente por ser fiel a sí mismo. Por ello, expongo su poema relativo a la necesidad de no equivocar en camino de la vida de cada día.
Para Luis Cardoza y Aragón
Equivocar el camino
es llegar a la nieve
y llegar a la nieve
es pacer durante veinte siglos las hierbas de los cementerios.
Equivocar el camino
es llegar a la mujer,
la mujer que no teme la luz,
la mujer que no teme a los gallos
y los gallos que no saben cantar sobre la nieve.
Pero si la nieve se equivoca de corazón
puede llegar el viento Austro
y como el aire no hace caso de los gemidos
tendremos que pacer otra vez las hierbas de los cementerios.
Yo vi dos dolorosas espigas de cera
que enterraban un paisaje de volcanes
y vi dos niños locos que empujaban llorando las pupilas de un asesino.
Pero el dos no ha sido nunca un número
porque es una angustia y su sombra,
porque es la guitarra donde el amor se desespera,
porque es la demostración de otro infinito que no es suyo
y es las murallas del muerto
y el castigo de la nueva resurrección sin finales.
Los muertos odian el número dos,
pero el número dos adormece a las mujeres
y como la mujer teme la luz
la luz tiembla delante de los gallos
y los gallos sólo saben votar sobre la nieve
tendremos que pacer sin descanso las hierbas de los cementerios.