Reconozco que me motiva mucho esta fiesta.
Los motivos son variados. Mi madre se llama Epifanía, mi sobrina es igualmente Epifanía; y ellas mismas son reflejo del rostro de Jesús, ya que cada una de ellas aporta a la humanidad del Hijo de Dios, lo mejor de sí mismas.
Es igualmente el día de los niños, el día de la ilusión.
Yo a mis 34 años, no he pedido nada a los reyes magos.
Por nada en particular.
Es que siempre suelo pedir literatura y me avergüenzo al admitir, que tengo 21 libros nuevos sin leer. Unos fueron regalados y jamás serán leídos, otros -que son la mayoría-, esperan su turno en mi muy poblada y numerosa biblioteca.
En fin, amigos y amigas.
Día de reyes y día de regalos. Seamos nosotros un regalo "originalisimo" y hagamos novedad nuestra vida desde el prisma del Evangelio de Jesús.
¡Imposible! ¡Imposible es no morir terrenalmente!
Pero en nuestra mano está, el traducir dulce, sensible y efectivamente el mensaje de Jesús, en palabras y obras, para con todos aquellos y aquellas que junto a nosotros viven.
Me quedo con esta interpretación propia.
Aquello del oro el incienso y la mirra, ya lo dejamos para los románticos del catolicismo.
Abrazos a tod@s, y.... SED VOSOTROS UN REGALO
¡Quiero ser un regalo!
Padre bueno, que nos amas y nos buscas,
te doy gracias por todos tus regalos.
Gracias por la vida y la familia,
gracias por la fe y por la comunidad,
gracias por los testimonios de coherencia y amor,
y gracias por Jesús, tu Hijo, nuestro hermano.
¿Cómo puedo corresponderte, Padre?
En lugar de recibir hoy un regalo
yo quisiera llenar el mundo de regalos,
regalar mi disponibilidad a los vecinos,
regalar tiempo y dedicación al evangelio.
Quiero darme gratis y por entero,
mi compañía a los que se sienten solos,
mi sonrisa a los deprimidos,
mis cosas a los necesitados.
Padre bueno, soy don tuyo y por entero,
ayúdame a ser don tuyo para todos.