CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

martes, 21 de febrero de 2012

CUARESMA ORACIÓN MIERCOLES DE CENIZA

TRAS LA AUTENTICA HUELLA

Introducción y acceso a la Presencia


Comenzamos hoy la cuaresma vocacional y lo hacemos con el miércoles de ceniza. Durante la cuaresma se nos invita a ejercitarnos en quitar apegos, en superar egoísmos, en curar resentimientos; y debemos estimularnos en aumentar la comprensión, la compasión, la generosidad, la amistad, la cercanía, la entrega; en definitiva, el seguimiento de Cristo para poder llegar a la Pascua viviendo la misma vida que El. Pero para vivir esto necesitamos hacernos pequeños, por eso se nos impone la ceniza –si lo deseamos, no es necesaria-, para que caigamos en la cuenta de lo pequeños que somos y que Dios siempre está dispuesto a levantarnos del polvo y de la miseria para reiniciar un camino de seguimiento a Él, que siempre está inclinado para escuchar o atender a sus hijos pequeños. Que esta oración nos ponga en marcha con una verdadera actitud de salir de nosotros mismos, y recorrer con Cristo el camino hacia la Resurrección y alegría Pascual.

Accede a la presencia del Trascendente. Colocate en posición orante, o rodeate de un medio propicio. La cruz, el sagrario, la palabra, una vela encendida, una comunidad, la Naturaleza. Él estará allí para abrazarte. Para abrazarnos. Para seguir nuestro camino. El camino de la cuaresma, y el camino que sea.

No desperdiciemos demasiados esfuerzos en reconocernos pecadores, pues no es esa la actitud. La actitud debe ser de conversión, hacia la humanidad en la que vivimos y coparticipamos.

Que la Palabra, ábra nuestros oídos al susurro de Cristo que desde los hermanos y hermanas, nos llama al seguimiento de su autentica huella.



Himno, “El germinar del amor”


Sólo desde el amor
la libertad germina,
sólo desde la fe
van creciéndole alas.

Desde el cimiento mismo
del corazón despierto,
desde la fuente clara
de las verdades últimas.

Ver al hombre y al mundo
con la mirada limpia
y el corazón cercano,
desde el solar del alma.

Tarea y aventura:
entregarme del todo,
ofrecer lo que llevo,
gozo y misericordia.

Aceite derramado
para que el carro ruede
sin quejas egoístas,
chirriando desajustes.

Soñar, amar, servir,
y esperar que me llames,
tú, Señor, que me miras,
tu que sabes mi nombre.

Amén.


¿Cuántas veces dejaste de ser un ser de salvación?

(Reflexionamos nuestra interioridad)

Si no prestas tus manos a Dios, Él nada podrá hacer en este mundo por sus hijos. Tendrémos la Palabra y el testimonio de Jesús, pero ¿y nuestro testimonio?

Como cristianos, somos conscientes de que “la coherencia de lo que decimos con lo que hacemos, es lo que determina si somos seres de salvación o de perdición?

La PALABRA DE DIOS, nos ilumina


"LAMPARA ES TU PALABRA PARA MIS PASOS" (Sal 118,105)

- Espacios donde la vida renace (cf Mc 4,1-9)

So pena de ser flor artificial, nuestra oración no puede germinar, ni florecer ni dar fruto, si no está inserta en la trama de nuestra existencia cotidiana.

Esta es la tierra buena, en la que hay que buscar el manantial. Una oración sin historia origina una historia sin Dios. "Todos los graves problemas del mundo pueden ser agrupados bajo el epígrafe de la indiferencia generalizada ante el sufrimiento humano. Te encuentras con cosas terribles que están sucediendo, pero pasas la página y sigues con tu vida" (Woody Allen).



-De la agitación a la calma (cf Lc 10,38-42)

La actividad inútil, la agitación interior y las

preocupaciones, nos impiden dar con lo mejor de nosotros y de abrirlo a la palabra del Señor. Hay que tener una heroica humildad para ser uno mismo y no otro" (Thomas Merton).



-Como nos vemos oramos (cf Lc 18,9-14)

Dos maneras opuestas de vivir dan como resultado dos maneras opuestas de orar: una con fruto y otra sin él. Quien prescinde de los otros y se complace enumerando sus vicios, se incapacita para el encuentro con Dios. Está tan seguro, que nada le cuestiona; más que dar gracias a Dios espera que Dios se las dé a él. Quien reconoce su condición de pecador y siente necesidad de salvación, puede recibirla; el amor gratuito de Dios lo rehabilita. Nuestra verdad, aunque sea pobre, es la esterilla sobre la que nos colocamos (cf 2Re 5,1-19: Relato de Elíseo y el sirio Naamán).


Testimonios

(Escucha este relato. Puede despertar en ti la oración)

El preso y la flor


El preso Nº. 87 contemplaba los alrededores de la cárcel. Sus ojos se fijaron en un brote que nacía junto a la pared, debajo de su ventana...

- Ya tengo compañía... La regaré todos los días. Me servirá de distracción.

Pasaban los días y la planta crecía. Al mes justo, empezó a echar los primeros brotes... Más

tarde floreció. El preso No. 87 se sentía mejor. Empezó a darse cuenta que no había muerto en él la esperanza. La emoción y la alegría inundaron su celda cuando la flor alcanzó su ventana. Pasó horas contemplándola de cerca, acariciándola con mimo, conversando... Así pasó una semana feliz y contento, extasiado con su compañía.

Pero un día, le nació la duda y la preocupación...

- Si la riego, seguirá creciendo y se marchará de mi ventana... Si no la riego, se me morirá... Si la meto en mi celda, la verá el carcelero y la cortará...

Preocupado se movía de un lado para otro y gritaba los insultos aprendidos...

- ¡Esto es un asco! ¡Yo siempre tengo mala suerte! ¡Estoy desesperado!

De pronto oyó un ruido. Apresuró el paso a la ventana y se agarró con ansia a los barrotes. Alguien estaba regando su flor... Por la dirección del agua se dio cuenta que era el preso que vivía en la celda de arriba... Sintió alivio a su preocupación, al mismo tiempo que le nacía por dentro una alegría nueva.

- Alguien necesitaba una flor... Yo ya he sido feliz una temporada.

La liberó de los barrotes de su ventana y la animó a seguir

subiendo.

SOLO EL AMOR PUEDE CAMBIAR LOS CORAZONES


Salmo de la coherencia de vivir


Te canto, Señor, agradecido
Por el ámbito caliente de mi intimidad,
Por el centro sagrado del alma
Donde alienta tu presencia, resuena tu voz

Y se gesta el valor de la conciencia.
Gracias por este cimiento sólido
En el que apoyo y construyo, día a día,
Mi identidad y la coherencia de vivir.
 
La bondad no será timidez ni cobardía,
La sinceridad un riesgo innecesario,
La libertad una trampa para el libertinaje,
El amor una amenaza constante de chantaje...

La gratuidad, hoy tan ausente,
Ha de ser lengua oficial de comunicación
Más allá del consumo fragmentador,
Y, también, valor de constante referencia.

Así será posible ver al otro:
El hermano, el amigo, el compañero
No como rival o competidor sino
Como persona con quien compartir.

¿Quién escribirá de otro modo
la parábola de la paternidad de Dios
haciéndola creíble y fascinante
si los hermanos no se tratan como hermanos?

Ya sé, Señor, que la comunión fraterna
Se hace con la aceptación de los diversos,
Y que toda fraternidad es gracia
De los unos para los otros:
Gracia de saberse don y acoger como don.

Señor de la pluralidad en unidad,
Enséñame la difícil lección, nunca sabida,
De que la diversidad no es consecuencia
De la limitación innata, sino don del Espíritu
Que nos ha creado diferentes

Pero nos quiere uno...

¡Que en el hogar del mundo
hay sitio y pan para todos!
Siempre las diferencias, por mínimas,
Son adjetivas: cuestión de cambio de plano,
Y las traducciones personales de la diversidad
En modo alguno son verdades absolutas.

Once peticiones desoídas


Pidamos al Señor que seamos capaces de hacer frente con nuestro testimonio, a la misión que nos encomienda en el seno de su Reino; un Reino que en ocasiones nos resulta difícil de construir y con valores contradictorios a los nuestros:                                                                                       (once peticiones desoídas)
Yo había pedido a Dios poder para ser amado, y me he encontrado con el amor para no necesitar ser poderoso.

Yo le había pedido la salud para hacer grandes cosas, y me he encontrado con la enfermedad para hacerme grande.

Yo le había pedido la riqueza para ser feliz, y me he encontrado con la felicidad para poder vivir en la pobreza.

Yo le había pedido leyes para dominar a otros, y me he encontrado libertad para liberarlos.

Yo le había pedido admiradores para estar rodeado de gente, y me he encontrado amigos para no estar solo.

Yo le había pedido ideas para convencer, y me he encontrado respeto para convivir.

Yo le había pedido dinero para comprar cosas, y me he encontrado personas para compartir mi dinero.

Yo le había pedido milagros para creer, y el me ha dado fe para hacer milagros.

Yo le había pedido una religión para ganarme el cielo, y él sólo me ha dado a su Hijo para acompañarme por la tierra.

Yo le había pedido ser un dios, y el sólo pudo hacerme ser humano.

Yo soy tu LIBERACIÓN

Dime, Dios mío, qué eres para mí.

Di a mis entrañas: yo soy tu liberación.

Díselo de modo que lo oigan.

Los oídos de mi corazón delante de Ti.

Ábremelos y dime: Yo, tu liberación.

¡Correr tras esa voz y darle alcance!

Quiero correr, de tras de tu voz.

No me cierres tu boca, no te calles.

Dime otra vez: Yo soy tu liberación.

(Floren Salvador Díaz Fernández, Cuaresma 2012)