CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL REINO DE LO SOCIAL Y LO COMÚN A TOD@S

Tu Reino, Señor se hace presente

cuando se fomenta la justicia
y es respetada la libertad.
Cuando todos somos hijos tuyos,
los sueños se deletrean: amistad
hermanos, paciencia, caridad.

Tu reinado, Señor, viene a nosotros
siempre que el pueblo dispone
de sustento, vivienda, trabajo y sanidad.
Tú nos enseñas, por Jesús,
a vivir con dignidad la vida
y a festejarla en la fraternidad.

En tu reino, Señor, no caben privilegios
de quienes se creen el fruto de la espiga
en honor y dignidad.
Eres un Dios vivo,
enemigo de los ídolos humanos,
y no hay mayor cansancio que el tuyo,
Señor, ascendiendo a nuestra sed
de vanidades por un bosque de luz.

El reino que predicaste
llega casi de puntillas,
se revela y está escondido.
Es simiente que se esparce por los campos,
levadura que fermenta entre la masa,
luz que muestra el horizonte a los perdidos.

El Reino de Dios, según los evangelios,
es un banquete de bodas,
un adviento de ternura que reparte los panes
en las manos frágiles
de los que gozan detrás del corazón.
                                        Casiano Floristan
*  *  *  *  *

Reflexión

El Reino de Jesús es universal, pero se realiza en la historia y vida de cada persona. La dinámica propia del reino de Jesús es el amor preferencial por los pobres o desfav-recidos. Jesús formula este mensaje a través de las obras de misericordia porque lo que para él importa es el hombre en su situación de sufrimiento y opresión. No son los pobres, precisamente los que se sienten cómodos en nuestras asambleas. Por el contrario hay quienes creen que los que participamos en la Eucaristía somos los privilegiados de la sociedad. ¡Ignorantes!. ¿Acaso se puede dejar de lado las palabras del evangelio de hoy?(Mt25,31,46). No permitas que tu vivencia cristiana, pase sin haberle sacado el máximo de fruto. Cuando salgas de la asamblea, o acabes tu oración; que en tu corazón reine la misericordia. Tendrás que pedir cada día un corazón misericordioso. Más de una vez sentirás su dureza de piedra. Pero, poco a poco, milagro de Dios, ninguna persona te resultará indiferente pues te quedará la duda de si en ella, se te está presentando Dios.

 Solemnidad de Cristo Rey
Último Domingo del Tiempo Ordinario