CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

lunes, 7 de noviembre de 2011

TU VOTO, MI VOTO, EL VOTO. ELECCIONES EL 20-N

Tu voto, mi voto, el voto.


"No coartemos la libertad de nadie ni le juzguemos de ante mano, pues nadie esta en posesión de la verdad plena. Esta verdad la construiremos entre todos"

Como comprenderán, no estoy conjugando ninguna declinación verbal ni nada por el estilo. Se me ocurre este titulo, para referirme en esta tarde de pre-debate electoral a la campaña y política de nuestro país. De manera muy general, desde luego.

Esta noche tenemos enfrentados en televisión al los lideres del socialismo y el conservadurismo, aspirantes al gobierno de España respectivamente. Aunque parece cantado el resultado de los comicios el 20-N. Quizás debiéramos de ser más inteligentes y ahorrarnos el presupuesto de la campaña electoral, en “pastillas para el dolor ajeno” de Médicos sin fronteras, en favor de proyectos de desarrollo en países subdesarrollados. Puede que nos fuera mejor.
Pero la vida democrática marca sus pautas, y es lo que toca en este momento en la sociedad española. Bendita democracia, la cual aliento y bendigo desde mis escuetas posibilidades laicales.

Pero en esta tarde, quizás lo que pretendo desde este blog es referirme –con total serenidad-, a las dosis de crispación que unos y otros aportamos a la campaña electoral. Esta debiera ser pacifica en términos generales, pues se ejerce un derecho por parte de la ciudadanía, que vota a sus gobernantes.
Pero desde hace días, tanto unos como otros, recibimos y enviamos una sarta de correos electrónicos y “recachendes” electorales, que parece fuéramos a influir efectivamente en la orientación del voto de algún sujeto.

La mayoría de los emails que nos enviamos, no están arengados desde ninguna fuerza política definida, sino a través de asociaciones de ideas congéneres a cada uno de los partidos, sean de derechas o de izquierdas. El centro, políticamente hablando ya sabemos que no existe.
Llegado a este punto, opino que para algunas personas, algo muy ocurrente para defender la orientación del voto es la religión. La religión o mejor dicho, la moral religiosa que cada cual contemple, puesto que el fin de la religión no es otro que conectarnos con el Ser Transcendente al que llamamos Dios.
Pero la moralidad es orientativa y casi malévola –me atrevo a decir-, ya que en la mayoría de los casos no está definida sobre la coherencia responsable, sino sobre la base de nuestra conciencia, la cual puede cambiar aunque sea con un simple resfriado. En una losa de 20x20 se da un sujeto la vuelta, y donde dije digo, digo Diego, y lo antes blanco ahora es negro y etc.

Desde mi punto de vista, ¿qué debe influir auténticamente en el sentido u orientación de nuestro voto? ¿Las promesas electorales de los postulados a gobernar? José Luis Rodríguez Zapatero lleva años apostando por la reducción del paro, y salvo algún altibajo esperanzador, baja y baja hasta los casi cinco millones de parados. Mariano Rajoy Brey admite que lo bajará, pero sus políticas una vez en el poder se reducirán a la actitud de Cameron en Inglaterra: -“no me es posible cumplir mis propósitos electorales, pues el estado esta peor de lo que esperábamos”


Y entonces, llegado a este punto casi se me ocurre que seguiremos como estamos, hasta que de una manera global la crisis evolucione positivamente.
Nuestra iglesia, en su afán maternal y por boca de sus pastores, igualmente nos marca un sendero para nuestro voto. Y creo poder decir tras la lectura del documento, que lo hacen de manera muy clara y concisa. De manera libre desde luego, se puede atender a la voz de los sacerdotes o desatenderla. Cada cual obre en conciencia, aunque la iglesia, tiene ciertas cosas, más que claras.

Por ejemplo, la Iglesia determina desde tiempo inmemorial, la separación de los poderes civil y religioso. “Dios, ha distribuido el gobierno del género humano entre dos potestades, a saber: la eclesiástica y la civil; una esta al frente de las cosas divinas; otra, al frente de las humanas. […]Dios providentísimo, que ha establecido las dos, debe igualmente haberlas ordenado convenientemente entre sí; […]tal coordinación no sin razón es comparada a la del alma y del cuerpo en el hombre.” (Immortale Dei, León XIII. 1/Noviembre/1885) 


Por otro lado, sabemos que la iglesia desde el comienzo de su existencia, se ha dejado la piel por tres cosas fundamentales. 1ª, su supervivencia. 2ª, el poder sobre el otro. Y 3ª, la evangelización. Por ello, en una carta del papa Félix II al emperador Zenón, el 1 de Agosto del 484, este deja claro que “la iglesia –desde sus sacerdotes-, tiene el poder y la autoridad para ocuparse de lo divino y de las cosas del alma.”
Pero, frente a todas estas actitudes o frentes ideológicos y de pensamiento, al final, creo que estamos solos cada uno y consigo mismo.

Y desde luego, considero un error dedicarnos a predicar o arengar de manera sistémica, ciertas políticas en contra de otras políticas, que puede resuelvan problemas o hagan la vida más fácil a algunos ciudadanos.
Les pongo el ejemplo de la familia, que desde su aparición se manifestó en contra de la píldora del día después, hasta que su hija la utilizó tras una noche fatal. Desde entonces, sobre el tema no saben o no contestan.

Lo que quiero dar a entender, es que la vida es demasiado larga o demasiado corta, para partirnos el pecho con fundamentos que son cuestionables desde variados puntos de vista, por muy refrendados que estén por políticos de altura o el mismo papa de Roma.
Inseminación “invitro”, aborto sí o aborto no. Matrimonios a la carta, heterosexual, homosexual. Métodos de prevención sexual…etc. 


Cada cual sobre estos temas, tenemos una conciencia determinada. Y seguro que más de uno estaremos dispuestos desde cada una de las orientaciones, a coger una pancarta y manifestarnos públicamente. Pero cojan el Catecismo de la Iglesia Católica y la “Nueva moral sexual” del amigo y teólogo Benjamín Forcano; y verán como definitivo en este mundo, es solamente el aire que respiramos.

Espero que entiendan a donde quiero llegar, pues no ahondaré más en el tema.
Los españoles y españolas tenemos una cita el 20 de Noviembre. Debemos elegir con generosidad y visión de futuro. Creo deseable el elegir una opción que nos mueva a la esperanza y no tal opción para castigar a tal o cual. Y desde luego, miremos el futuro y miremos a nuestros hijos y pequeños.

La evolución del mundo es imparable. La carrera por los derechos esta casi ganada.
Apostemos con una conciencia clara y responsable.

No coartemos la libertad de nadie ni le juzguemos de ante mano, pues nadie esta en posesión de la verdad plena. Esta verdad la construiremos entre todos.
Así que, por encima de todo y cueste lo que nos cueste, votemos el 20 de Noviembre.