La eclosión de la vida, en ocasiones nos sorprende de una manera grata, o desde su lado antagónico. ¿Que somos? ¿Que estamos llamados a ser? ¿Somos fieles a nosotros mismos, a nuestra propia naturaleza?
Abordando nuestra personalidad, la naturaleza, los acontecimientos; ¿donde colocamos a Dios? ¿Que dimensión le permitimos?
Considero que, los que hemos sido educados de una forma idealista respecto a Dios. Que esta en el cielo, que es rey, que viene en Navidad...etc, somos los primeros llamados a hacerle presente, y a descifrarle en nuestro medio.
Pero me he preguntado en esta tarde, desde que perspectiva o mirando que prisma, podemos descifrar a Dios, entenderle, percibirle. ¿Cual es el camino?
El camino es la espiritualidad, creo.
Y no pocos autores refrendan esta máxima. Sin confundir a la persona espiritual, con el estar continuamente absorto en uno mismo y en su mundo mas inmediato.
La espiritualidad, nos abre al mundo de los sentidos, pues brota de la misma experiencia de vivir. Vivir activa y hace plena nuestra condición humana, sabiéndonos que todo lo que somos, es obra de Dios; que de nosotros puede depender alcanzar cierta perfección o quizás llegarnos a la finitud del misticismo. Si somos espirituales iluminaremos, porque llevaremos vida a donde vayamos. ¡Hay tantos que son profetas de desgracias!
Que mejor aportación, podemos hacer a la humanidad y a los que nos rodean, que ser fieles a nuestra condición humana desde la colectividad.
No se, es un tema desde luego que merece la pena abordar, pensar y escribir.
En cualquier caso atentos, a la escucha, pendientes de nuestros sentidos.
¿Acaso no somos Dios, nosotros mismos?
¡ABBA, AYÚDAME A SER TÚ!
Dios y Padre bueno,
que nos amas y nos buscas.
Continuamente eclosiona la vida junto a nosotros,
y seguimos sin verte.
Demasiadas veces pasas junto a nosotros,
y no te advertimos.
¿Porqué no nos decidimos de una vez,
a apartar de nuestros ojos
el velo que nos impide ver nuestra propia realidad
y la que nos rodea?
Que nos puede faltar,
si junto a nosotros caminas Tú
en cada hora y cada momento.
Tu estas en el enfermo y en la desdichada,
en el estudiante y la profesora,
en el ruido y su antagónico silencio;
en la verdad y en la necesidad
de ahogar la mentira.
Tú, estas en nosotros,
en nuestra sexualidad
y nuestras relaciones personales.
Tú estas en el aire y en el sol.
Tú estas, en el espíritu del ecologista
y del inconformado.
Tú estás en el entrajado
y el despeinado.
Tú......, eres la vida.
Ayúdame a SER TÚ.