Y, aunque a todos nos gustaría hacerlo, no podemos gritar aquello de: ¡gobernantes nuevos, vida nueva! Esto va para largo.
Creo que no soy pesimista sino realista. En cualquier caso, y teniendo en cuenta que no soy a fin a la ideología política del nuevo gobernante electo para la presidencia de España, admito que le deseo logros, en beneficio del país y de los más desfavorecidos.
Así lo he manifestado hoy en Laudes ante el Señor.
Que el Espíritu le asista, a él y a sus compañeros en la tarea de la gobernabilidad de España.
Me gusta la humildad con que afronta la rotundidad de su victoria, este presidente electo en ciernes. Es mucha la confianza que los electores han depositado en él, para sacarnos de la crisis fundamentalmente.
Esa tarea es suya.
Estaremos atentos.