Finaliza la “empachera” jurídica de acoso a los
homosexuales
“...es un grave error oscurecer el valor y las funciones de la
familia legítima fundada en el matrimonio, atribuyendo a otras formas de unión
impropias reconocimientos jurídicos, de los cuales no hay, en realidad, ninguna
urgencia social.” (Benedicto XVI)
Aunque parezca más difícil de entender que el formulario para realizar la declaración de la renta, por medio de estas palabras Benedicto XVI arremetió en su día contra la autoridad política Romana, por querer validar y dar reconocimiento a las uniones del mismo sexo. ¿Cuántos esfuerzos ha realizado la Iglesia en España, para denegar este derecho a las personas?
En Francia y con Holande en el gobierno, me permito vaticinar unos meses de frenética propaganda en favor de la familia católica heterosexual. Ya dieron fuerte la mayoría de los obispos con la manifestación de Madrid y pancarta en mano, que según ellos era en defensa de la legítima familia, cuando debieran de decir familia “tradicional” o católica.
Curiosa circunstancia que contradice a la NO manifestación de la mayoría de los obispos en contra de problemas tan acuciantes como el hambre, el terrorismo, violencia de género, guerra de Irak e incluso la pena de muerte; que paradójicamente y a pesar del quinto mandamiento -la pena de muerte- es justificada por la jerarquía católica según lo muestra el epígrafe 2266 pag, 498 del Catecismo de 1992.
Buen tema este, para reflexionar en este año de la fe.
¿Quién se atreve a cuestionar según estos datos que la jerarquía eclesiástica, ofrece a la sociedad mundial en muchos aspectos éticos y morales, una de cal y otra de arena? Creo que con el “as” de la moralidad, la iglesia desprecia y realiza una acepción de personas que comienza con la mujer, negándole el ministerio del presbiterado, y acaba con toda negación de lo que huele a homosexual.
Aun cuando Jesús de Nazaret abrazara a muchos, la opinión general de la sociedad es que la iglesia solo abraza a unos pocos. Y no vale aquí la mención de Cáritas, pues Cáritas fundamentalmente se mantiene con la ayuda de los que somos Iglesia y la ayuda del estado. Conozco a muchas parejas homosexuales que se respetan y aman, y enseñan a sus hijos la generosidad de Jesús de Nazaret huyendo del dolor que a ellos les causó la institución eclesiástica.
Y por cierto, conozco igualmente a bastantes sacerdotes y religiosos homosexuales que lo pasan fatal, pues al Señor ofrecen muchas cosas buenas pero no pueden ofrecerlo desde la vivencia de la vida natural. En definitiva, personas humanas y homosexuales.
¿Que perjudica a una familia heterosexual el amor que un hombre o mujer profesen a otra persona del mismo sexo? A usted le podrá gustar o no, pero tengamos en cuenta que indistintamente de lo que cada uno piense, la libertad de cada persona empieza donde termina la nuestra. Por lo tanto, con esta esperada sentencia de ratificación del matrimonio gay, espero que acabe la demagogia que admite la efervescencia de los cambios sociales con la coletilla de: “se rompe España”.
Ya el ministro Montoro, manifestó que con la aprobación del matrimonio homosexual se rompería la caja de la seguridad social, y creo que nadie puede argumentar grandes roturas de nada en nombre de las parejas o familias homoparentales, vista la rotura generalizada a la que el PP de Rajoy ha llevado al Estado.
Como dijera el profeta Isaías, quisiera que todos pusiéramos de nuestra parte para que de las lanzas sean forjadas podaderas, y fortalezcamos el sentido de la humanidad, y engrandecer así la condición humana. Nuestra Iglesia es un gran caracol, que acabará pasando por todo, como siempre ocurre a lo largo de los siglos. Pero los cambios la desbordan.
Son muchas cosas las que se anatematizan con el pretexto de la consolidación del depósito de la fe. ¿Qué es el depósito de la fe, sin corazones que pongan en pié esa fe en el mundo? Aspiremos al testimonio, yo al menos así lo pretendo por muy cuestionables que mis escritos pudieran ser.
Aunque parezca más difícil de entender que el formulario para realizar la declaración de la renta, por medio de estas palabras Benedicto XVI arremetió en su día contra la autoridad política Romana, por querer validar y dar reconocimiento a las uniones del mismo sexo. ¿Cuántos esfuerzos ha realizado la Iglesia en España, para denegar este derecho a las personas?
"quisiera que todos pusiéramos de nuestra parte para que de las lanzas sean forjadas podaderas, y fortalezcamos el sentido de la humanidad, y engrandecer así la condición humana"
En Francia y con Holande en el gobierno, me permito vaticinar unos meses de frenética propaganda en favor de la familia católica heterosexual. Ya dieron fuerte la mayoría de los obispos con la manifestación de Madrid y pancarta en mano, que según ellos era en defensa de la legítima familia, cuando debieran de decir familia “tradicional” o católica.
Curiosa circunstancia que contradice a la NO manifestación de la mayoría de los obispos en contra de problemas tan acuciantes como el hambre, el terrorismo, violencia de género, guerra de Irak e incluso la pena de muerte; que paradójicamente y a pesar del quinto mandamiento -la pena de muerte- es justificada por la jerarquía católica según lo muestra el epígrafe 2266 pag, 498 del Catecismo de 1992.
Buen tema este, para reflexionar en este año de la fe.
¿Quién se atreve a cuestionar según estos datos que la jerarquía eclesiástica, ofrece a la sociedad mundial en muchos aspectos éticos y morales, una de cal y otra de arena? Creo que con el “as” de la moralidad, la iglesia desprecia y realiza una acepción de personas que comienza con la mujer, negándole el ministerio del presbiterado, y acaba con toda negación de lo que huele a homosexual.
Aun cuando Jesús de Nazaret abrazara a muchos, la opinión general de la sociedad es que la iglesia solo abraza a unos pocos. Y no vale aquí la mención de Cáritas, pues Cáritas fundamentalmente se mantiene con la ayuda de los que somos Iglesia y la ayuda del estado. Conozco a muchas parejas homosexuales que se respetan y aman, y enseñan a sus hijos la generosidad de Jesús de Nazaret huyendo del dolor que a ellos les causó la institución eclesiástica.
Y por cierto, conozco igualmente a bastantes sacerdotes y religiosos homosexuales que lo pasan fatal, pues al Señor ofrecen muchas cosas buenas pero no pueden ofrecerlo desde la vivencia de la vida natural. En definitiva, personas humanas y homosexuales.
¿Que perjudica a una familia heterosexual el amor que un hombre o mujer profesen a otra persona del mismo sexo? A usted le podrá gustar o no, pero tengamos en cuenta que indistintamente de lo que cada uno piense, la libertad de cada persona empieza donde termina la nuestra. Por lo tanto, con esta esperada sentencia de ratificación del matrimonio gay, espero que acabe la demagogia que admite la efervescencia de los cambios sociales con la coletilla de: “se rompe España”.
Ya el ministro Montoro, manifestó que con la aprobación del matrimonio homosexual se rompería la caja de la seguridad social, y creo que nadie puede argumentar grandes roturas de nada en nombre de las parejas o familias homoparentales, vista la rotura generalizada a la que el PP de Rajoy ha llevado al Estado.
Como dijera el profeta Isaías, quisiera que todos pusiéramos de nuestra parte para que de las lanzas sean forjadas podaderas, y fortalezcamos el sentido de la humanidad, y engrandecer así la condición humana. Nuestra Iglesia es un gran caracol, que acabará pasando por todo, como siempre ocurre a lo largo de los siglos. Pero los cambios la desbordan.
Son muchas cosas las que se anatematizan con el pretexto de la consolidación del depósito de la fe. ¿Qué es el depósito de la fe, sin corazones que pongan en pié esa fe en el mundo? Aspiremos al testimonio, yo al menos así lo pretendo por muy cuestionables que mis escritos pudieran ser.
Evangelio, evangelio, evangelio. Lo demás
son… aquí me quedo, sino escribiré demasiado.
Abrazos a todos los que se feliciten
hoy por la ampliación de derechos a las personas.
Floren de Estepa, Estudiante de Teología Cristiana.
Floren de Estepa, Estudiante de Teología Cristiana.