"El que responde a las llamadas del Evangelio se niega a ver en los demás un enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, Mt5,44" Rezando en el silencio y en el amor, encuentra la libertad suficiente como para llegar a perdonar también a los que desfiguran sus intenciones"