“Te podrán amenazar con quitarte
la bóveda de la ermita de La Salada, pero nunca te quitarán la bóveda celeste. Un
abrazo en la oración y el fluir”. (A.Alcaide)
Estos
son los frutos del Espíritu de Dios, estoy convencido.
Tras
varios días, son varias las personas y amigos y amigas a las que he consultado sobre la diatriba a la
que me encuentro. Es una represalia que se está realizando sobre mi persona,
por parte de la jerarquía católica de la iglesia de Sevilla.
La mayoría
de las personas lo tienen claro, como yo lo tengo claro. Se quiere silenciar,
moderar, acallar o dar un tirón de orejas a Floren, sus criticas y su libertad
de expresión y libertad de pensamiento. La verdad, os lo confieso no sin un
poco de orgullo, no se si lo conseguirán. El consejo de los amigos y amigas –como
digo- es unánime; ¡¡no negocies Floren, ni con tu vida ni con tu libertad!!
Por ello,
aseguro que para llevar a cabo las acciones que considero oportunas, he
esperado que pasara la fiesta del Espíritu. Confío en el Espíritu, porque confío
en las posibilidades humanas de las personas, en su consejo y en mi capacidad
para saber escuchar y atender.
El mensaje
de la cabecera me llego de la mano de un gran amigo. Es cierto, no nos pueden
quitar lo más preciado, lo que guardamos en lo profundo de nuestro SER, nuestra
percepción de la realidad personal de Dios y la manera de enlazarlo con nuestra
realidad humana.
Dejarse
fluir, realizar una criba importante y dejar que el viento se lleve todo lo que
representa cadenas, falta de libertad o imposiciones absurdas y cobardes. Quien
tenga que escucharme, me escuchará. Cada parte jugará sus cartas, y al
arzobispo de Sevilla Juan José corresponde darme una explicación de la maldad
que se ha realizado en su nombre.
Es la
llave de la ermita del campo que yo cuidaba, la que me han quitado haciendo un
uso abusivo del poder. Esa pequeña iglesia es la represalia. Pero como todo se
relativiza, al poner ante todo la dignidad del ser humano y su libertad, pasaré
en adelante dejando de lado este compromiso que tenía contraído como mi
comunidad de vecinos.
Como
cito en la carta al arzobispo de Sevilla, “ahora tengo claro que de aquella
sensibilidad que desplegó Jesús de Nazaret, está muy necesitada nuestra iglesia
jerárquica”.
Gracias
al amigo que envió este video. Lo mejor es la sintonía con el medio natural y
el dejarse fluir. Paz y bien. Chaoo…