LA
LUZ DE LA VERDAD - Pentecostés
Guión de la oración
MONICIÓN INICIAL
Celebramos en la Fiesta de Pentecostés la
confirmación de la Iglesia con el derroche que hizo Dios de luz y de fuego en
la primera comunidad. El Espíritu del Señor es iluminación de los creyentes que
quieren respirar verdad, libertad y justicia. Es Espíritu de opción por los
pobres en un mundo dividido entre el Norte rico y el Sur pobre; Espíritu de paz
en un mundo que se mueve bajo los huracanes de la querra; Espíritu de transformación
de la Iglesia institucional en Iglesia de los creyentes, del pueblo y de las
comunidades. Por estar necesitados de verdad, frente a un mundo lleno de
mentiras, nos reunimos en esta fierta de Pentecostés para orar con nuestro
Padre Dios.
SALUDO Y BIENVENIDA:
“Dios es quien nos confirma en Cristo a
nosotros junto con vosotros, dice san Pablo. Él nos ha ungido, él nos ha
sellado y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu”(2Cor
1,21-22). Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos seais a...
...y comenzamos todos la invocación al Espíritu con la lectura del
himno...
Ven Espíritu divino,
de Jesús
vida y alimento.
Ven,
soplo eterno del Padre,
que
recreas al hombre nuevo.
Ven,
energía divina,
que
quitas todos los miedos.
Ven,
fuerza liberadora,
que
rompes todos los cepos.
Ven,
hoguera trinitaria,
bautízanos
en tu fuego.
Ven,
encendido en amores,
conviértenos
en luceros.
Ven,
fuente vivificante,
y sacia
nuestros anhelos.
Ven,
agua fecunda y viva
y
riega nuestros desiertos.
Ven, consejero y amigo,
gran
defensor y maestro.
Ven,
tesoro inagotable,
que
de dones estás lleno.
Ven, que
te necesitamos,
y eres lo
que más queremos.
ORACIÓN
Dios, y Padre bondadoso que nos amas y nos buscas. Derrama
tu Espíritu, Señor, sobre nuestros cuerpos y nuestras almas y renueva el
prodigio de Pentecostés sobre los fieles aquí reunidos, para que nos cubras
siempre con tu sombra, comunicadora de verdad y de vida. Por Jesucristo nuestro
Señor.
LITURGIA
DE LA PALABRA
Rom
13,11-14: ...es hora de despertar del
sueño...
Salmo 90: Salmo de cercanía. (orar a pie descalzo pag,50)
Jn 15,26-27;16,12-15: Vosotros
cuando tengáis al defensor, también daréis testimonio de mí.
REFLEXIÓN DE LOS TEXTOS
Como nos dice san Pablo, estamos
mas cerca de Dios que cuando abrazamos la fe, allá en nuestro bautismo. Y
porque se produce esta cercanía, Dios nos ha enviado un defensor que es fuerza
salvadora y bien para nosotros y para la comunidad. Sólo queda confiar en que
cada uno de nosotros se encuentre en disposición de dejarse llevar no por los
instintos humanos; si no por la gracia de Dios que se nos ofrece por medio del
Espíritu Santo. Vamos pues a pensar, vamos pues a encontrarnos con nosotros
mismos y a sentirnos cerca de nuestro Padre Dios como se nos ha invitado en el
salmo.
PARA COMPARTIR
Las siete luces
El Espíritu de Dios es soplo
creador,
aliento de vida humana,
viento profético de Pentecostés.
Se manifiesta en sus siete
dones,
representados por siete luces,
que significan siete quehaceres.
(al
final de cada estrofa se dice: “Bendito sea el Espíritu de Dios” y se enciende
una luz)
La primera luz del santo Espíritu es la LIBERTAD y la LIBERACIÓN de
toda dictadura, cautiverio y tiranía. Hoy nos reconocemos hijos e hijas de Dios
frente a todo poder de dominación, de las naciones ricas sobre los pueblos
pobres, del centro sobre las periferias, de las oligarquías sobre el pueblo
llano, del varón sobre la mujer, de la raza blanca sobre las razas de color.
La segunda luz del santo
Espíritu es la PAZ, obra de la justicia, no consecuencia de las armas. Nos
sentimos hoy cercanos a todo exiliado, próximos a los que padecen violencia,
lejos de todo poderío bélico y en contra de los oscuros negocios de las armas y
de las drogas.
La tercera
luz del santo Espíritu es el TRABAJO humanizado, repartido, remunerado y
creador, que nos hace semejantes al Dios de las obras, al Espíritu que lo
rehace todo, al Cristo trabajador. Nos identificamos hoy con los parados y
marginados, víctimas de un capital concentrado en pocas manos, que sólo se
preocupa de su posesión.
La cuarta luz
del santo Espíritu es el PAN de los pobres del Tercer Mundo, que viven en
cobertizos inhumanos y en barriadas miserables, como seres abandonados a su
suerte. Nos reconocemos hoy hermanos de los que nada tienen, porque ladrones de
la tierra y especuladores del suelo se han hecho propietarios de lo que es de
todos.
La quinta luz
del santo Espíritu es la CULTURA y la CIENCIA, patrimonio del pueblo, pero
privilegio de los letrados, escritores, músicos y catedráticos, cuyos saberes
deben ser transmitidos a raudales en las escuelas, talleres y casas de cultura.
Queremos estar hoy cerca de la sabiduría popular para que se entrelace con las
letras de la cultura cultivada.
La sexta luz
del santo espíritu es la FE en la esperanza del reino, llamada para vivir en
comunidad, sabiduría de creyentes que comparten, entendimiento de las verdades
de la vida, consejo en las decisiones, fortaleza en los compromisos, piedad con
los hermanos y temor fascinante y tembloroso de los hijos e hijas de Dios.
La séptima
luz del santo Espíritu es el EVANGELIO, noticia nueva de esperanza, aliento de
compromiso, comunión de penas y alegrías, opción de vida por los pobres, vigor
en las decisiones y tareas, caridad y misericordia con los desvalidos, impulso
para edificar el Reino de Dios.
(Casiano Floristán)
GOLPEANDO
MI BALCÓN
Me has llevado hasta tu encuentro para hablarme al corazón
y me persigue tu ALIENTO suave y fuerte como el VIENTO,
GOLPEANDO
MI BALCÓN.
Tú que habitas el silencio de mi
castillo interior,
me dices que abra las puertas... y
mire a mi alrededor.
Si
no estuvieran abiertas
¡que las derribe tu FUERZA tu
impulso LIBERADOR!,
para que entre todo hermano que
necesita mi mano,
mi mesa y mi corazón.
Tú que eres PADRE del POBRE de
consuelo y paz DADOR,
me quieres anunciador de alegría y
esperanza
para los pasos que avanzan débiles
y con temor.
Pero
si mi voz no fuera Gozosa y fiel mensajera,
¡ven
con tus lenguas de FUEGO, tócame y hazme de nuevo
enviado
del AMOR!
Tú que eres LLAMA escondida,
enciende para que alumbre
la luz de mi misma vida.
¿Qué
hago con ella si existen tantas sombras todavía?
¡Con
tu SOPLO que renueva manténla siempre encendida!.
ESPÍRITU que conduces a la unidad
y al amor
y sigues como un susurro golpeando
mi balcón...
dame primero los DONES que quieres
que entregue yo.
¡Haz
brotar en mi desierto ramas de almendros en flor!
DESPEDIDA FINAL