L@s niñ@s del 77
Seamos sinceros, casi hemos
necesitado terapia para soportar el nivel de wassaps de estos dos meses previos.
Vuestros niños alguna noche se han acostado tarde, habéis calentado los “bibis”
más de la cuenta; quizás con tu chico o chica se te escapó un: -¡¡niño caliéntatelo
tu por una vez que estoy viendo esto!!
Habéis estado a punto de saltaros un
paso de peatones de la avenida y matar a una abuelita; imaginaros que sofoco si el florista tuviera que hacerle una corona, aunque siempre hay nietos que “no te
olvidan”. Pero el caso es que, a pesar de todo eso –que no ha sido nada-; la
realidad se ha hecho magia.
Y la magia es que los niños y niñas de aquel
Colegio Santa Teresa del 77 hoy se han vuelto a mirar a la cara, y el resultado
ha sido una profunda sonrisa. Sonrisa y abrazos, y mucha alegría aun a pesar de
que en veinticinco años son muchos los éxitos y sinsabores, premios, sofocos y
aventuras y futuro superados.
En cualquier caso la magia se hizo realidad, y
como si hoy no hubiera pasado el tiempo, nos hemos vuelto a reunir en el recreo
de clase y hemos vuelto a recordar con alegría. Recordar como Joaquín de la
Cruz nos ponía boca abajo en la silla cuando nos dolía la barriga. Como
olvidar; catatumba, tumba, tumba.
Como olvidar cuando jugábamos al “hollito” y
al escondite en aquel patio, donde si te caías se te abría la piel arrollada en
el inmisericorde hormigón del suelo. El frescor del agua de la fuentecita. La
sirena de bomberos que nos llamaba a clase… aaaaahhhh. A Carmencita cantando en
el autobús: “la vida pirata la vida mejor…”.
La rectitud y elegancia hasta en
los andares de don Juan Luis Aguilera Hidalgo. El puntero de tiza de Paco
Arjona y su pasión matemática, el característico paseo por el aula de Manolo
Soria recitando los verbos franceses mientras así mismo se acariciaba el pecho
con la vista ensimismada; y junto a otros maestros inolvidables, el siempre imprevisible
Antonio Carrión del que aprendimos pasión por la vida, la apuesta por uno mismo
y de su mano, supimos que al colegio nos mandaron desde Alemania un trozo del
muro de Berlín. Esos eran aquellos años y estos son los de hoy.
Hemos vuelto a
vernos y hemos encontrado algunas cabezas de alopecia galopante. Algún kilo de
más, y “Piti”, quizás algún kilo de menos. El almuerzo buenissimo, aunque Olga
y yo nos hemos quedado sin café.
Pero bueno bueno, el detalle de Toñi y Antonio
Carrión de devolvernos en papel un trozo vivo de aquellos años, que junto al
video del casino no tiene precio. Como no ha tenido precio el aplauso dado a
los ausentes y presentes: Inma y Antonio, los cuales la vida arrancó
precipitadamente de nuestro lado por un imperdonable capricho del destino.
La
princesa de la noche ha sido Pilar, la hija de Antonio y María José, que ha
aguantado estoicamente el largo almuerzo e incluso la música del Diyei. Y en
Pilar tenemos el ejemplo de que es posible soñar y hacer vida un sueño. Muchos
de los de hoy llevamos tiempo sin vernos y otros nos vemos más.
Pero somos
aquellas niñas y niños de una generación que vivió con pasión la vida, con determinación;
y si este encuentro de hoy tiene que ser germen, que lo sea. Y que brote la
amistad si está de brotar; pero no dejemos de soñar, no dejemos de perseguir
los sueños; y no dejemos de intentar volver a ser aquellos niños y niñas del
77.
Con una enorrrme alegría por lo vivido hoy, os doy las gracias o abrazo y
os animo a seguir encontrándonos. Besos y hasta pronto.
Atte. Vuestro amigo Floren
Estepa Sábado 6 de Febrero de 2016.