"Recoged
los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie."
Juan 6,1-15
Porque todo vale en el Reino de Dios. “Reino
de paz y justicia, reino de vida y verdad” canta el cancionero popular
cristiano.
De todas formas, son innumerables las
interpretaciones de este episodio narrado por los sinopticos, en el cual Jesús
demuestra su generosidad y la enseña a sus amigos como el mejor baluarte, para
mostrar el rostro de Dios.
Y es que, estamos cansados de legalismos,
formulismos y lecturas magisteriales viciadas y condicionadas a la cultura o
tal o cual interés. Para Jesús, la sencillez fue primordial para quitar a la
relación de la persona con Dios, todo el lastre posible; para que esta relación
con el que nos trasciende, desde el Jesús revelador, nos suponga un autentico
gozo y una alegría.
Debiéramos proponernos seriamente el buscar
lo bueno que recibimos de Dios, de la vida y de los hermanos (2Re 4,42-44). No
dejar lo malo a un lado, como evasión de responsabilidades. Hablo de
circunstancias negativas o no deseadas que nos proponga la vida. Todo es
importante, porque de cada situación aprende el sujeto. Y si el sujeto es
cristiano o cristiana, la generosidad y la amabilidad son esenciales para
superarlo todo.
Bien dice el salmista que “el Señor nos sacia”.
Y es cierto. Nos sacia y con creces, porque nos mima, nos ofrece una vida a
desarrollar por medio de una vocación determinada, y nos muestra un campo para
labrar en comunidad. ¿Cuál es tu vocación? ¿Cuál es la mía? Junto a la vocación
de cada cual se encuentran sus anhelos, sus esperanzas y la propia esencia de
su existencia. Puede condicionar el desarrollo de una vocación, la realización
personal del ser humano.
Los poderes políticos o religiosos, se afanan en dirigir a las personas,
para que vivan o se desarrollen de una determinada manera.
Quien me conoce, ya sabe por donde voy. Yo apuesto por la libertad. Sí. Y de la responsable, de la buena. Pero ojo, como dije en su día: “tu libertad no, la libertad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela” (Ant. Machado)
Quien me conoce, ya sabe por donde voy. Yo apuesto por la libertad. Sí. Y de la responsable, de la buena. Pero ojo, como dije en su día: “tu libertad no, la libertad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela” (Ant. Machado)
Vivamos lo mejor posible. Evitemos el desfase
del fanatismo religioso sobre nuestras vidas y tengamos en cuenta que somos muy
poca cosa, y nuestros asuntos aun más. Pero todas esas pequeñas cosas, son las
que Jesús pide que no se desperdicien, pues cada ocasión, es ocasión de
resucitar. "Recoged los pedazos que
han sobrado; que nada se desperdicie." Resucitemos pues con Él. Buen
finde.
Atte. Floren.