“Dime como rezas y te diré como es tu Dios”
(refranero popular)
7.1
Oh, ¿acaso no reza usted?
Puede
ser comprensible, he incluso fácil el determinar que no hay vida cristiana son
oración, sin embargo a la vez que podemos determinar la necesidad de que la
oración es imprescindible para el cristiano, podemos advertí que todas las
oraciones son relativas y nadie tiene derecho a juzgar a ningún hermano porque
haya excluido tal o cual practica oracional, por muy querida que ésta sea para
la Iglesia. Escrito nos dejo Teresa de Lisieux, su desapego por el rosario en
su piedad privada:
“más que un elemento de penitencia, me cuesta rezar el
rosario (me da vergüenza confesarlo) cuando estoy sola […] no consigo fijar mi
atención en los misterios. Algunas veces rezo muy despacio un padre nuestro y
la salutación angelica. Estas oraciones así rezadas, alimentan mi alma mucho
más que si las recitara precipitadamente un centenar de veces”.
(Hist. De un alma, cap 1.edit.Mte Carm)
De
esta manera y alejándonos del característico impulso de juzgar, admitamos que “entre
los pucheros anda el Señor”, y
aprendamos de tantos y tantas que encontraron a Dios en el lugar donde menos se
le esperaba.
Autor:
Florencio Salvador Díaz Fernández.
Estudiante de
Teología Cristiana.
(Este
material puede ser difundido o utilizado, indicando su autoría y procedencia)