CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

viernes, 20 de julio de 2012

LA ORACIÓN I. 4.3 NECESIDAD DE ORAR


4. La oración en la historia de la salvación.

4.3 Necesidad de orar


 “Sabiendo que no la conseguiría si Dios no me la daba —y esto mismo era ya un acto de buen juicio: saber de quién venía este don—, acudí al Señor y le supliqué […] con toda mi alma.”
(Sab 8,21)

Aunque Dios concede a los hombres muchos bienes, sobre todo de orden natural, sin que se los pidan, hay muchos textos en la sagrada escritura que declaran la obligación moral de acudir a la oración para obtener las gracias de la salvación. 
Ya en el AT hay algunas indicaciones en este sentido Sab 8,21, pero es sobre todo en el NT donde se insiste de diversas maneras en esta necesidad de:

Lc 11,9 “Pues bien, yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque el que pide recibe; el que busca encuentra, y al que llama se le abre. Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden?".

y:      Mt 26,41 “Velad y orad para que no caigáis en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil".

y:      Lc 21,36 ”Estad alerta y orad en todo momento para que podáis libraros de todo lo que ha de venir y presentaros ante el hijo del hombre”.

Por todo ello y aunque esta demostrado que en primer lugar la oración del creyente estuvo orientada exclusivamente a la recepción de un favor o lograr tal o cual cosa, se instala en la conciencia del creyente cada vez con más insistencia el valor de la oración como opción de silencio y meditación, como momento de encuentro sincero de la comunidad con Dios, con la misma comunidad y de cada individuo con Dios y consigo mismo.




Autor: Florencio Salvador Díaz Fernández.
Estudiante de Teología Cristiana.
(Este material puede ser difundido o utilizado, indicando su autoría y procedencia)