CARTUJO CON LICENCIA PROPIA

jueves, 26 de julio de 2012

LA ORACIÓN I. 5.4.2 EFICACIA SANTIFICANTE DEL OFICIO DIVINO PARA LOS QUE ORAN


5.4 La Liturgia de las Horas. Oficio Divino


5.4.2 Eficacia santificante del Oficio Divino para los que oran.

a) El diálogo con Dios. "La santificación humana y el culto a Dios se dan en la Liturgia de las Horas de forma tal que se establece aquí aquella especie de diálogo entre Dios en los hombres, en el que "Dios habla a su pueblo... y el pueblo responde a Dios con el canto y la oración"(SC 33)" (OGLH 14). 

De este modo, la santificación de los orantes viene obrada por el Espíritu Santo, cuya presencia en la oración litúrgica de la Iglesia es infalible y segura, precisamente por su carácter sacramental.

b) La Palabra divina vivificante. El Oficio Divino guarda y acrecienta continuamente en los fieles el sensus fidei, como todas las acciones sacramentales de la Iglesia (+SC 59), pues "los que participan en la Liturgia de las Horas pueden hallar una fuente abundantísima de santificación en la Palabra de Dios, que tiene aquí principal importancia. En efecto, tanto las lecturas como los salmos que se cantan en su presencia están tomados de la Sagrada Escritura, y las demás preces, oraciones e himnos están penetrados de su espíritu" (OGLH 14).

c) La intercesión suplicante. La Oración litúrgica es impetración poderosísima, pues "no es sólo la voz de la Iglesia, sino también la misma voz de Cristo, ya que las súplicas se profieren en el nombre de Cristo, es decir "por nuestro Señor Jesucristo", y la Iglesia continúa así las plegarias y súplicas que brotaron de Cristo durante su vida mortal, por lo que poseen singular eficacia" (OGLH 17). Y esta eficacia suplicante, que es en favor de todos los hombres, es sin duda en favor primeramente de los mismos orantes.


Autor: Florencio Salvador Díaz Fernández.
Estudiante de Teología Cristiana.
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